citricola hlb

Foto: Silvia Zúñiga

Cristian Chaves Jaén para UNA Sede Regional Chorotega

La HLB (Huanglongbing), también conocida como enfermedad del dragón amarillo, es una enfermedad bacteriana que afecta a los cítricos y se considera una de las mayores amenazas para la industria citrícola mundial. En Costa Rica, el HLB ha sido un problema grave desde su detección, en 2011, y desde entonces ha tenido un efecto devastador en la producción de cítricos en el país.

Ante esta situación, productores de naranja de la región Chorotega se han agrupado, primero en el Comité de Productores de Cítricos (en 2016), y luego a nivel nacional, en la Cámara de Productores de Cítricos (en 2021), para tomar medidas paliativas que permitan combatir la plaga. Cuentan, además, con el apoyo de Coopepilangosta y el servicio Fitosanitario del Estado.

En Costa Rica, la industria citrícola es un sector importante de la economía y representa una fuente de empleo para miles de personas. De acuerdo, con el servicio Fitosanitario del Estado (sFE), el país cuenta con alrededor de 20.000 hectáreas de cítricos, con una producción anual alrededor de 300.000 toneladas de fruta. En el caso de la región Chorotega, actualmente se cultivan unas 1.200 hectáreas de naranja, en los territorios de Nandayure, Hojancha y Nicoya, incluyendo el cono sur de la península y en la actividad participan alrededor de 400 familias.

Asistencia universitaria

Desde la detección de la HLB, la producción de cítricos ha disminuido significativamente y esto generó la reacción inmediata del Centro Mesoamericano de Desarrollo sostenible del Trópico seco de la Universidad Nacional (Cemede- UNA). Silvia Zúñiga, coordinadora del Centro, indicó que, como parte del acompañamiento que se ha brindado desde 2022, lo primero que se hizo fue “determinar las características y condiciones socioeconómicas y de capital humano de los territorios NAHoNI (Nandayure, Hojancha y Nicoya), La Cruz-Liberia, los territorios de Abangares, Bagaces, Cañas y Tilarán (ABCT) e identificar los elementos que limitan, inhiben o restringen la adecuada articulación entre eslabones y el desarrollo de las cadenas de valor analizadas, para establecer, en forma participativa, con las organizaciones e instituciones preocupadas por controlar la propagación del HLB en la Región”.

Este año, la estrategias es desarrollar las cadenas de valor en tres actividades priorizadas, que orienten los procesos para integrar a los actores, según las exigencias del entorno regional, nacional e internacional, recalcó Zúñiga.

Medidas contra la propagación

Fabián Herrera, funcionario del servicio Fitosanitario del Estado, puso en perspectiva la gravedad de la enfermedad del dragón amarillo: “es una amenaza que podría llegar a desaparecer el cultivo de naranja. La baja productividad y la pérdida de árboles ya han tenido un impacto significativo en los productores de cítricos; muchos han tenido que cerrar sus negocios o cambiar a otros cultivos y, sin embargo, estamos en una mejor condición que el resto del país por eso hay que unir esfuerzos no solo para convivir, (con la enfermedad) sino mitigar y evitar que se expanda”.

Según Herrera, este 2023 se plantean tres propuestas para lograr mejoras en el sector citrícola de la región:

  • Desarrollar el proyecto Planta sana. Es un sistema de certificación de material vegetal reproductivo; se busca, a través de la aplicación de tecnologías, obtener material libre de enfermedades y problemas de calidad.
  • Levantar, a través de una aplicación, información fiable, actual y precisa del sector citrícola, para conocer cantidad de hectáreas en producción, cantidad de productores y empresas en el país, número de familias involucradas y otros.
  • Realizar, en conjunto con el Cemede- UNA, talleres para buscar alianzas con otras universidades, en carreras relacionadas con tecnología de alimentos y así aumentar las capacidades técnicas, los conocimientos y las habilidades en la formulación de productos de valor agregado, como mejorar el procesamiento de elaboración de jugos.

Sin embargo, los esfuerzos realizados hasta ahora empiezan a dar sus frutos. Leonardo Escobar, de la Cámara Nacional de Cítricos, indicó que con solo dos años la organización ha dado la atención debida a la mitigación del HLB, a pesar de que apareció hace más de 10 años. “Hemos hecho la consulta del porqué la naranja no fue tomada en cuenta dentro de la canasta básica y de qué forma el Ministerio (de Hacienda) logró excluirla. Hemos tocado puertas al gobierno y nos dicen que hay que hacer una modificación al decreto para ver si es viable plantear y lograr que se incluya la naranja como un producto en la canasta básica”.

Carlos Vázquez, de Coopepilangosta, ofreció otra perspectiva sobre las soluciones: “La comercialización es muy importante por ser uno de los eslabones que permitiría que la actividad siga desarrollándose y se siga invirtiendo. El proyecto Planta sana que estamos planteando las organizaciones es fundamental, en el sentido de que podemos participar en mercados más estables y formales, que nos dan la oportunidad de que podamos exportar naranja. Además, tenemos la capacidad de gestionar clientes, un buen manejo de la parte técnica, y de generar políticas para apoyar el sector”, concluyó.

Recuadro:

La HLB ingresó a Costa Rica en 2010 por la frontera norte. La enfermedad la causa una bacteria llamada Candidatus Liberibacter spp,

y la transmite un insecto conocido como el psílido asiático de los cítricos, cuya capacidad de desplazarse por sí mismo es de hasta 4km. El insecto se alimenta de las hojas y ramas de los árboles cítricos y, al hacerlo, infectan los árboles con la bacteria. Una vez infectado, el árbol sufre una serie de síntomas que incluyen amarillamiento y caída prematura de las hojas, disminución de la producción de fruta y un sabor amargo y de baja calidad en la fruta producida, hasta que llega el momento en que muere. Mientras el árbol siga en el campo, es foco de infección que ayuda a diseminar la plaga a otros árboles y plantaciones vecinas. Fuente: Cemede, 2022.